MIGRACIONES Y LA DEMOCRACIA DEL TEMOR

Francisco Bazo

Cuando el miedo se instala en la sociedad, sus miembros están dispuestos a perder libertad y derechos a cambio de una supuesta seguridad.

El proceso de la migración en el Chile actual

Durante la década de los ‘90 Chile vivía una democracia protegida con altas tasas de crecimiento, con la imagen de una sociedad estable que había vuelto a la democracia y, en el discurso, defensora de los derechos humanos. Es en este marco que a fines de los ‘90 se inicia un proceso migratorio que continua hasta hoy; Chile cambió su condición de ser país emisor de migrantes a ser también receptor. Pero, ya no se trata de migraciones europeas o extra regionales, ahora son personas de la propia región. Primero llegó la migración perua- na, huyendo de la implantación del mode- lo neoliberal impuesto por la dictadura de Fujimori, el que significó una permanente y sistemática violación de los DD.HH., el desarrollo de la corrupción nunca antes visto, un creciente desempleo, una caída permanente de la capacidad adquisitiva de la población. Fueron sectores medios empobrecidos y trabajadores desempleados, mayoritariamente mujeres, los que tomaron esta opción en una estrategia de sobrevivencia, no eran los más pobres, estos últimos sólo podían migrar del campo a la ciudad. En Chile los sectores más reaccionarios respaldados por los medios, desatan una campaña de odio profundamente racista contra los migrantes, se les acusa de ser una carga para el Estado, de copar los servicios sociales, particularmente la salud, de ser causantes del aumento de la delincuencia, de competencia desleal por el empleo, de hacer bulla, etc. etc.

Luego vendría la migración colombiana, hacia comienzos de la segunda década de este siglo, aparte de la búsqueda de trabajo, los colombianos huyen de la violencia de los paramilitares, el narcotráfico y las bandas criminales, parte de esta población proviene de Barranquilla y son afrodescendientes. El discurso racista, de odio, se orienta ahora hacia los colombianos, agregándole, a las acusaciones hechas a los peruanos, el del desa- rrollo de una violencia no vista antes en

el país. Durante el segundo decenio llega la población haitiana, afrodescendiente y hablando otro idioma, proveniente de un país destruido por los conflictos internos promovidos por el imperialismo, serán los primeros de los nuevos grupos migrantes en incorporarse masivamente a la agricultura e irán reemplazando a los grupos anteriores en los peores empleos, esta población sufrirá con más fuerza el racismo y la violencia institucional. El caso más conocido fue el de Joan Florvil que muere a consecuencia de la violencia institucional. Durante todo este período se lograron algunos avances producto de la lucha de las organizaciones migrantes y pro migrantes, de la sociedad civil y de la academia, aportaron en este proceso los informes y visitas de los organismos internacionales y expertos sobre el tema. Se desmontó toda

la argumentación de los grupos racistas. Los estudios, tanto nacionales como internacionales, mostraron que no hay relación entre migración y delincuencia, si bien es cierto que existen delincuentes extranjeros, la tasa es mucho menor que la tasa de delincuencia en la población chilena, en el ámbito laboral venían a cubrir empleos que los nacionales no querían ejercer, de hecho serán las grandes empresas agrícolas las que reclaman la necesidad de que se incorporen a mercado laboral para suplir la demanda existente.En cuanto al costo para el Estado los migrantes aportaban en impuestos, trámites y multas que son va- rias veces lo que el Estado gastaba en ellos, sin considerar el enriquecimiento para la sociedad que significa su trabajo, aportan también en la cultura, el deporte y la gastronomía entre otros aspectos. El discurso racista caló en algunos sectores, pero en general, el pueblo fue aceptando a estos nuevos habitantes.

El Estado aprobó algunas medidas   o políticas para paliar la situación. Los niños y niñas hijos de migrantes en situación irregular, pudieron tener nacionalidad, hasta el momento habían sido considerados como apátridas violando la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los convenios sobre protección de niños, niñas y adolescentes ratificado por Chile en 1990, se implementaron dos procesos de regularización, se creó la visa de trabajo que permitía al trabajador migrante, con visa temporaria, cambiar de empleo sin que ello afectara la acumu- lación de tiempo para poder postular a una residencia definitiva, se dio acceso a la salud a los niños, niñas y adolescentes y mujeres embarazadas, se permitió el acceso a la educación escolar. Sin embargo, la principal demanda de las organizaciones migrantes, por una nueva ley de migraciones que no solo regulará el ingreso y salida de personas, sino que viera la inserción de estos en la sociedad y que se sustentara en el respeto a los derechos humanos, los acuerdos internacionales y que considerara procedimientos para regularización, fue sistemáticamente rechazada.

En 2017 comienzan a aparecer grupos de ultraderecha haciendo campañas racistas y xenofóbicas, las propuestas anti migrantes aparecen como tema en la campaña electoral, a finales del segundo gobierno de Michelle Bachelet, el ejecutivo presentó un proyecto de ley de migracio- nes que desconoce los avances logrados y violando acuerdos y convenios internacio- nales, es básicamente anti inmigrante, mal elaborado y el proyecto es rechazado en el parlamento. El gobierno de Piñera profundiza la campaña contra la migración y logra sacar una nueva ley que en diversos aspectos es peor que la de 1975. Esta ley pretende cerrar la puerta a la migración, entre sus principales aberraciones está  la imposibilidad de cambio de situación migratoria, no establece un mecanismo regularización para quienes se encuentren en situación irregular, la obtención de la visa de trabajo se vuelve casi inalcanzable, salvo para segmentos altamente calificados, limita la reunificación familiar y no toma en cuenta el interés superior de los niños y niñas. Durante su gobierno se abandona el control migratorio de las fronteras y si bien se bloquea el ingreso por Chacalluta y el aeropuerto de Santiago, se abren diferentes pasos irregulares, el más importante de estos es Colchane, en el extremo nor- te, que por su abandono generó una crisis humanitaria, tanto en la frontera como en Iquique, lo que fue aprovechado por la ultraderecha en su campaña de odio implementando ataques y saqueos a los campamentos de migrantes. El abandono de la frontera, generó condiciones para que los coyotes fueran siendo desplazados por las pandillas del crimen organizado como es el caso del Tren de Aragua.

 

La migración venezolana

La migración venezolana comienza a llegar en el 2014 y crece rápidamente, Chile pasa a ser actualmente el quinto país en Sudamérica, después de Colombia, Ecuador, Perú y Brasil, en recibirlos. Primero serán personas de los sectores de la burguesía y medios altos, quienes logran instalarse sin ninguna dificultad, luego llegarán profesionales y sectores medios y finalmente serán trabajadores y pueblo en general, y también comenzará a llegar la delincuencia organizada, que, aunque es un pequeño porcentaje, logra controlar en parte los pasos fronterizos abandonados por el Estado y se instala en diferentes ciudades del país, sus primeras víctimas son la población migrante.

Piñera es uno de los presidentes a nivel mundial que viaja a Cúcuta a juntar- se con Guaidó para sumarse al intento de golpe propiciado por el imperialismo norteamericano contra Venezuela. Pese a implementar una política que intentaba frenar la migración, en Cúcuta, Piñera abre la puerta a la migración venezolana creando la Visa Democrática. En lo concreto esta visa no representó ningún aporte, las dificultades y trámites para obtenerla hacían imposible conseguirla, lo único que se logra es el crecimiento de la migración irregular.

La Revuelta Popular  de  octubre, fue una señal de alarma para las clases dominantes, quienes comenzaron una campaña sistemática para contener y desmovilizar a los sectores populares y si bien perdieron la elección para la primera constituyente instalaron un conjunto de conceptos falsos destinadas crear temor ante cualquier cambio, como por ejemplo, “con mi plata no”, que no habría derecho a la vivienda propia en las políticas estatales, que la economía del país se vendría abajo y seriamos sancionados por no cumplir con los acuerdos de libre comercio, que pasaríamos a ser una “chilezuela” y señala a los migrantes como responsables de la inseguridad y el aumento de la delincuencia. Sectores venezolanos serán cooptados por el gobierno para su campaña contra Venezuela y crean organizaciones de migrantes que entre otros aspectos intentan desplazar a las existentes como representaciones de la migración, finalmente estos se incorporarán a los partidos de derecha y ultraderecha.

La pandemia ayudó a las políticas de desmovilización popular, las cuarentenas encerraron a la población en sus casas, y muestra un descenso en el flujo de migrantes, pero a su vez muestra la relevancia de estos en la sociedad chilena. En diferentes ciudades, particularmente en Santiago, serán migrantes los que se harán cargo de la limpieza de las calles de la ciudad, de los edificios, los hospitales y centros de salud, son ellos los que se exponen para que el resto podamos cumplir con las cuarentenas en tranquilidad.

 

De la democracia protegida a la democracia del temor

En respuesta a los horrores de las guerras mundiales la humanidad avanzó en reconocer algunos derechos, como los expresados en la Declaración de los Derechos Humanos, y posteriormente, en los derechos económicos políticos culturales y sociales. Hay un conjunto de instrumentos internacionales al respecto, parte de ellos suscritos por el Estado chileno. Eran décadas en que, pese a todos los problemas, marchas y contramarchas, al menos en Occidente, se percibía que la humanidad avanzaba por este camino, posteriormente, ya en este siglo, incluiría algunos derechos de las mujeres y las diversidades. Sin embargo, ninguno de estos avances afectaba la estructura del modelo de explotación capitalista.

Con la implantación del modelo neoli- beral, se destruyen las economías locales incorporándose a la globalización neoli- beral en un proceso de concentración de la riqueza nunca antes visto, se impone un pensamiento individualista y consumista extremo y comienza a gestarse una corriente reaccionaria que pretende desconocer los derechos logrados en los años anteriores. El imperialismo norteameri- cano desata guerras de agresión en Afga- nistán, Libia, Siria, Yemen, Irak, la ex Yu- goslavia, apoya el expansionismo sionista y la limpieza étnica que implementa, e interviene en Ucrania. Aplica sanciones y bloqueos a los gobiernos que no siguen sus mandatos como Cuba, Venezuela, Rusia, China. La vieja tesis del capitalismo de libre competencia es dejada de lado y a través de sanciones y tasas arancelarias pretende controlar el mercado. Los avances producidos por el Estado de Bienestar en Europa, retroceden. Producto de las guerras imperialistas se generan grandes procesos migratorios, lo mismo sucede con los países víctimas del bloqueo o sabotaje. En Occidente los sectores “progresistas” se someten paulatinamente al modelo se vuelve en sus administradores y en el mejor de los casos proponen medidas para “humanizar” el modelo.

Cuando este entra en crisis y la gente en diferentes partes del planeta va saliendo a las calles exigiendo soluciones, la respuesta es la represión, se pretende responsabilizar a los grupos más vulnerables, más marginalizados, más explotados, como que ellos ponen en riesgo la seguridad y el acceso al consumo desmesurado sea éste real o solamente la expectativa de tenerlo. En este contexto el temor pasa a ser un elemento central en nuestras democracias, los gobiernos con el apoyo de los medios lo instalan en la po- blación, grandes segmentos de esta están dispuestos a ceder libertad y derechos a cambio de una supuesta seguridad

La democracia va más allá de un sistema de gobierno, es una cultura cuyo fundamento es que, a pesar de nuestras diferencias, existe una sustancia humana común que permite crear este espacio de igualdad formal. La democracia no existe porque somos iguales, al contrario, es necesaria por ser desiguales, la democracia construye un espacio formal al que llamamos ciudadanía por el que todos supuestamente somos iguales, tenemos los mismos derechos y deberes y se pone en suspenso las desigualdades sociales políticas económicas y culturales, el voto aparece como la expresión de esta igualdad. El crecimiento del racismo y la xenofobia pretende quitar la calidad de personas a diferentes sectores, pueblos originarios, pobres, migrantes entre otros, ubicarlos en otra categoría de manera que no entren en la ecuación de la democracia, ellos no son solo diferentes, son inferiores, no tienen esa sustancia común humana, lo que hace legítimo el quitarle derechos.

 

La migración en el gobierno del Frente Amplio

Para muchos migrantes la llegada del Frente Amplio al gobierno fue una luz de esperanza, durante los años anteriores Gabriel Boric y su entorno político habían sido cercanos a las reivindicaciones de los migrantes, habían sido partidarios de una nueva ley que respetara los derechos huma- nos y los avances que se venían logrando, incluso mecanismos formales de regularización, el actual Director de Migraciones ha ido de los intelectuales que promueven estas políticas.

Sin embargo, ya en el gobierno son los encargados de implementar la política de la seguridad y el miedo, el único avance fue disminuir el tiempo de algunos trámites que aún siguen siendo muy largos, la regularización “acotada” sólo considera a un sector, lo demás fue retroceso en derechos y sumarse al discurso de la derecha, vincular delincuencia y migración, insistir en los costos y la poca capacidad que tiene el Estado para atender a los migrantes, etc. Gran parte de la población migrante trabaja en condiciones precarias, con jornadas extensas, salarios bajos y sin contratos formales o en el trabajo informal sin ningún derecho, o en casas particulares muchas sin contrato. Los trámites migratorios suelen ser muy burocráticos y largos en el tiempo, con requerimientos que muchas veces no toman en cuenta la situación del país de origen, mientras el migrante vive en el limbo. Los arriendos se los dan a precios de usura y  exigencias mayores que al resto de arrendatarios, obligándolos a vivir hacinados o en campamentos. Si un migrante irregular quiere atenderse en un servicio de salud deberá obtener un RUT provisorio, lo que inmediatamente será informado a migraciones y será incluido en las personas para ser expulsadas del país. Sobre estos temas que son clara violación a los derechos de las personas no existe ningún proyecto del gobierno para modificar la ley o polí- ticas que tiendan a resolver estos temas.

Frente a la campaña de odio de los xenófobos y racistas y que se replica en los medios, el gobierno hace oídos sordos ayudando con ello a que se instalen en la sociedad un conjunto de prejuicios que lleva a la estigmatización de las comunidades migrantes.

 

La guinda de la torta

En cuanto a derechos políticos, la propuesta del gobierno es recortarlos. Para solicitar la nacionalidad chilena, el ex- tranjero deberá acreditar estar residiendo al menos 5 años en el país, el actual gobierno decidió extenderlo a 10 años. La constitución de 1925 establece el derecho al voto de los inmigrantes residentes en el país, la constitución de la dictadura, también reconoce este derecho. Incluso en el barniz que le hace Lagos, este derecho se mantiene. En 1975 el Estado de Chile ratificó el Pacto Internacional so- bre Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), que en su artículo 2 señala “Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a respetar y a garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdic- ción los derechos reconocidos en el pre- sente Pacto, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión po- lítica o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social”. Y en artículo 25 entre otros acápites dice “Todos los ciudadanos gozarán, sin ninguna de las distinciones mencionadas en el artículo 2, y sin restricciones indebidas, de los siguientes derechos y oportunidades:

a) Participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos; b) Votar y ser elegidos en elecciones periódicas, auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores”.

El Gobierno de Boric propone un “ajuste” en la ley electoral, el cual señala que los extranjeros residentes en el país solo podrán votar en las elecciones municipales y no podrán hacerlo para las parlamentarias y presidenciales. Esta propues- ta es un desconocimiento a un derecho ganado hace un siglo y una violación a los compromisos internacionales asumidos por el Estado chileno. Tiene un tufo a cálculo electoral a partir del supuesto que los migrantes votan por la derecha.

 

La lucha de los migrantes, es una lucha del pueblo de Chile

La gran mayoría de la población migrante está compuesta por trabajadores y trabajadoras que llegaron a Chile en una estrategia de sobrevivencia y que con su esfuerzo enriquecen al país, particularmente en la agricultura, la construcción y en los servicios, y con un número cre- ciente profesionales cuya formación no le costó un peso al Estado chileno, aportan a la cultura, la gastronomía, a disminuir la tasa creciente de envejecimiento de la población del país y con ello a los fondos de jubilación. Y si bien mantienen su patria en su lugar de origen, han hecho de Chile su hogar, construyen familias, pagan impuestos, en particular el IVA, son víctimas de las distintas políticas de los gobiernos, sufren las mismas penalidades del pueblo chileno y agravadas. Su aporte podría ser mayor si la política de los gobiernos propiciaron su regularización y su inclusión.

Estuvieron presentes en “octubre”, el 20% de los asesinados fueron migrantes los hay dirigentes sociales y poblacionales, participan de las luchas de las mujeres, están en la academia, la cultura y los deportes.

Hoy en día los migrantes son parte del pueblo chileno y como tal tienen derecho a participar de las decisiones que van a afectar su vida, entre ellas el votar en todas las elecciones.

Para imponer la democracia del temor en defensa de una supuesta seguridad y el consumismo, se van arrebatando derechos sea por sectores o generales. Se arman mon- tajes y se agrede al pueblo mapuche, tratan de tergiversar su lucha vinculandola con traficantes de madera, narcotráfico, etc., o lo silencian en todos los medios logrando, finalmente, aislarlo temporalmente, instalan una ley de AFP cuyo único beneficiario son las mismas AFP, ahora siguen con quitarle cada vez más derechos a los migrantes.

Tenemos que entender que la lucha de los migrantes es nuestra lucha, es la lucha de todos para mantener y avanzar con los derechos adquiridos.